Taller everfoto: introducción I. Conceptos básicos

Exposición

Según la wikipedia:

En fotografía, se llama exposición a la cantidad de luz que recibe el material fotosensible (en fotografía química) o el sensor de imagen (en fotografía digital) para que se forme una imagen.

Matemáticamente: exposición = iluminancia x tiempo.

Como indica la fórmula anterior, la exposición, que se mide en lux segundo, es una combinación del tiempo y del nivel de iluminación recibido por el material fotosensible.

Para poder explicar esta definición utilizaremos un ejemplo muy ilustrativo. Intentaremos pensar en la exposición como la cantidad de agua necesaria para llenar un vaso.

Imaginemos un vaso en el que tenemos una marca que nos dice que, para llenarlo de forma optima, debemos hacerlo en un volumen determinado.

Además, tendremos unas marcas que nos indicarán cuanto nos hemos pasado o quedado cortos cuando lo llenamos.

Si llenamos nuestro vaso por encima de la señal marcada, concluiremos que tenemos demasiada agua en nuestro vaso y, por el contrario, si el nivel de agua no llega a esta señal, nos habremos quedado cortos llenándolo.

Ahora intentemos trasladar este sencillo ejemplo al terreno de la fotografía. La señal marcada en nuestro vaso seria la exposición de luz correcta en nuestra toma. Aquella en la que las luces y las sombras están equilibradas.

Si nos hemos pasado con la exposición (sobreexposición), nuestra toma quedará demasiado clara en algunas zonas, o bien en todo el encuadre. A esto se le suele llamar “quemar una foto”.

Si por el contrario, nos hemos quedado cortos con la exposición (subexposición), nos quedará una fotografía demasiado oscura y perderemos información en algunas zonas.

Para ayudarnos a exponer, las cámaras actuales disponen de un fotómetro interno (también llamado exposímetro) que nos indica si la toma que vamos a efectuar tiene la luz suficiente para realizarse correctamente.

Dicha información suele presentarse en la pantalla de la cámara, o en el visor en el caso de las reflex, en forma de una escala horizontal con una marca que nos indica la exposición que tendrá la fotografía. Un valor de 0 indica que la foto estará bien expuesta, mientras que valores positivos o negativos indicarán, respectivamente, sobreexposición y subexposición.


Aquí tenemos un ejemplo del efecto que la exposición puede tener en una fotografía:

Ahora que ya sabemos que es la exposición, veremos los dos parámetros básicos para poder ajustarla en nuestra cámara: apertura del diafragma y tiempo de exposición.

Apertura de diafragma

Veamos que nos dice la wikipedia sobre el diafragma:

El diafragma es un dispositivo que regula la abertura de un sistema óptico. Suele ser un disco o sistema de aletas dispuesto en el objetivo de una cámara de forma tal que restringe el paso de la luz, generalmente de forma ajustable. Las progresivas variaciones de abertura del diafragma se especifican mediante el número f, que es la relación entre la longitud focal y el diámetro de abertura efectivo.

Siguiendo el mismo ejemplo anterior, podríamos hacer un símil del diafragma de nuestra cámara con un grifo donde, según la apertura del caudal, caerá más o menos agua en nuestro vaso.

Por tanto, cuanto mayor sea el caudal, menos tiempo tendremos que mantener el grifo abierto para que el agua llegue a la marca de volumen óptico. Por otro lado, cuanto menor sea el caudal, más tiempo tendremos que mantener el grifo abierto para lograr el mismo resultado.

En este punto ya podemos deducir fácilmente dos cosas: Que el caudal de luz en nuestra cámara es representado por la apertura del diafragma y que el tiempo que lo tengamos abierto también influye en ello.

El parámetro que nos indica esta apertura del diafragma en un objetivo está indicado mediante el número f, normalizada con una escala f/2, f/2.8, f/4, f/5.6, f/8, f/11, f/16, f/22, etc…

Esta normalización puede llevar a una mal interpretación de la misma, ya que cuanto menor sea el número de este dato, mayor será la apertura de diafragma. Es decir, una apertura f/2.8 es mayor que una f/11.

Otro factor a tener en cuenta es el comportamiento de la profundidad de campo que se ve afectado por la apertura, pero este tema lo trataremos en profundidad en futuros talleres. Por el momento, lo único que necesitamos saber es que, a mayor apertura, más trabajo costará enfocar el fondo de nuestro motivo principal.

Tiempo de exposición

En este punto ya es fácil deducir como influye el tiempo de exposición en la toma de una fotografía. Volviendo al ejemplo del vaso, cuanto más tiempo tengamos abierto el grifo, más cantidad de agua caerá en su interior. Por tanto, el tamaño del caudal es inversamente proporcional al tiempo que debemos tener abierto el grifo para conseguir el volumen óptimo de agua.

Este principio es fácilmente aplicable a la fotografía. Cuanto más abierto esté el diafragma, menos tiempo será necesario que la luz incida en el sensor de la cámara, y viceversa.

El dispositivo encargado de controlar este tiempo de exposición es el obturador. Podemos pensar en él como una especie de “cortinilla” opaca, situada justo delante del sensor, y que se abre solo durante tiempo necesario para que pase la cantidad justa de luz.

Por tanto, es habitual escuchar el concepto de “velocidad de obturación” cuando hablamos de tiempo de exposición. Cuanto mayor es la velocidad de obturación, menor es el tiempo de toma (es decir, durante menos tiempo permanece abierto el obturador), y viceversa.

En las cámaras, este parámetro viene indicado como un tiempo en segundos o fracciones de segundo, como por ejemplo 5”, 2”, 1”, 1/30, 1/60, 1/250, 1/1200, etc.

Generalmente, una velocidad inferior a 1/60 o 1/40 sugiere el uso de un trípode para inmovilizar la cámara, ya que pequeñas vibraciones quedarán reflejadas fácilmente en la toma final, dando a la fotografía aspecto de estar “movida”.

Es fácil deducir como influirá el tiempo de exposición en la toma de una fotografía. Si realizamos una toma de un objeto en movimiento, seguramente queramos congelar ese objeto y por tanto necesitaremos un menor tiempo de exposición.

Por otro lado, en ocasiones nos puede interesar jugar con ese factor y captar la estela del mismo objeto en movimiento, por lo que entonces optaremos por un mayor tiempo de exposición.

En este ejemplo podemos ver un molinillo de viento fotografiado a distintas velocidades, y como esto tiene un efecto en la sensación de movimiento:


Un experimento bastante fructífero es la realización de fotografías nocturnas con la utilización de un trípode y luces en movimiento, como pueden ser la de los coches, creando imágenes muy atractivas

Jugando con la velocidad de obturación pueden conseguirse efectos interesantes…

Sensibilidad ISO

Volviendo una vez más a nuestro ejemplo del vaso, hemos visto que la cantidad de agua que entrará en el mismo dependerá del caudal del grifo (apertura de diafragma) y del tiempo que lo mantengamos abierto (velocidad de obturación). Sin embargo, hay un tercer parámetro que no debemos pasar nunca por alto: el tamaño del vaso.

Cuanto más grande sea el vaso que queremos llenar, más deberemos abrir el grifo, o bien lo mantendremos abierto durante más tiempo. Por el contrario, si el vaso es más pequeño, necesitaremos abrir menos el grifo, o abrirlo igual durante menos tiempo.

El equivalente en fotografía al tamaño del vaso es la sensibilidad ISO, también llamada “ISO” a secas . Cuanto mayor sea este valor, mas sensible será el sensor, y por lo tanto menos luz necesitará para conseguir la misma exposición.

Algunos valores típicos son: ISO 100, ISO 200, ISO 400, ISO 800, ISO 1600, etc.
Por desgracia, no todo son ventajas al aumentar la ISO de nuestra cámara. Al hacerlo perdemos definición y aumenta el nivel de “ruido” en la imagen. Este ruido se manifiesta como unos puntitos de colores, especialmente en las zonas mas oscuras. También es común referirse a este efecto como “grano”.

A mayores ISO, más grano presentará la imagen:

Las fotografías utilizadas en esta entrada han sido descargadas de wikimediafoundation.org

Agradecimientos a Javi García por su gran aportación.

2 Respuestas a “Taller everfoto: introducción I. Conceptos básicos

  1. Como se dice en la entrada, el tema de jugar con el tiempo de exposición puede resultar muy gratificante. Evidentemente, con un trípode se hace todo mucho más sencillo, pero pongo un par de imágenes que tomé en su momento sin trípode alguno pero con algo de ingenio.

    mal día

    Tokyo night

  2. La combinación «barandilla + autodisparador» siempre suele dar buenos resultados…

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